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KEMA y Lievense han desarrolado el concepto de lo que podíamos denominador una isla energética, un lago artificial en mitad del océano que permite el almacenamiento de energía eléctrica. El desarrollo se ha pensado para el Mar del Norte frente a las costas holandesas. Este tipo de iniciativas parten del gran potencial futuro que tienen los Países Bajos en la generación de energía eólica pero, por ahora, sin sistema que permitan almacenar esa energía. Desde un punto de vista técnico el funcionamiento de este sistema sería la instalación de una central eléctrica en la sub-superficie del lago artificial creado, constituido por más de diez metros de materiales arcillosos. Cuando hay exceso de energía, el agua es bombeada del interior hacia el mar exterior, y al revés cuando hay escasez, mediante generadores aprovechan la energía de las olas al entrar agua en el lago. Además, puede sumarse los efectos positivos que se podrían crear frente a la protección del litoral costero y protección de la flora y fauna marítima.
Las ventajas son innumerables, desde el punto de vista ambiental, se reducen las emisiones de CO2, así como la no dependencia de otros recursos al permitirse el almacenamiento de la energía producida y ser un sistema autónomo.
KEMA y Lievense han desarrolado el concepto de lo que podíamos denominador una isla energética, un lago artificial en mitad del océano que permite el almacenamiento de energía eléctrica. El desarrollo se ha pensado para el Mar del Norte frente a las costas holandesas. Este tipo de iniciativas parten del gran potencial futuro que tienen los Países Bajos en la generación de energía eólica pero, por ahora, sin sistema que permitan almacenar esa energía. Desde un punto de vista técnico el funcionamiento de este sistema sería la instalación de una central eléctrica en la sub-superficie del lago artificial creado, constituido por más de diez metros de materiales arcillosos. Cuando hay exceso de energía, el agua es bombeada del interior hacia el mar exterior, y al revés cuando hay escasez, mediante generadores aprovechan la energía de las olas al entrar agua en el lago. Además, puede sumarse los efectos positivos que se podrían crear frente a la protección del litoral costero y protección de la flora y fauna marítima.
Las ventajas son innumerables, desde el punto de vista ambiental, se reducen las emisiones de CO2, así como la no dependencia de otros recursos al permitirse el almacenamiento de la energía producida y ser un sistema autónomo.
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