El Taipei 101 es un edificio que tiene mucho de qué jactarse. Con 508 metros de altura, es el más alto del mundo. Y con sus 700.000 toneladas, debe estar entre los más pesados. Pero el tamaño de este rascacielos de Taiwán ha suscitado inesperadas inquietudes que podrían tener importantes implicancias para la construcción de otros edificios y megaestructuras creadas por el hombre. Se piensa que el Taipei 101 ha desencadenado dos terremotos recientes debido a la sobrecarga que ejerce sobre la tierra que se halla debajo de él.
Según el geólogo Cheng Horng Lin, de la Universidad Normal Nacional de Taiwán, la sobrecarga producida por el rascacielos podría haber reabierto una antigua falla geológica. Esto plantea preocupaciones con respecto a proyectos como la Ciudad de los Cielos 1000 de Japón, la ciudad vertical que ha sido propuesta para solucionar los problemas habitacionales de Tokio. Y no son sólo los rascacielos los que constituyen un problema: los diques y los depósitos subterráneos de desechos también podrían provocar perturbaciones. Antes de la construcción del Taipei 101, la cuenca de Taipei era una zona estable sin fallas sísmicas activas en la superficie: sólo registraba microterremotos (inferiores a una magnitud 2) que ocurrían aproximadamente una vez al año.
Sin embargo, una vez que el Taipei 101 comenzó a elevarse, las cosas cambiaron. El número de microterremotos aumentó a unos dos por año durante el período de construcción, entre 1997 y 2003. "Desde que terminó la construcción, hubo dos sismos más grandes (magnitud 3,8 y 3,2) directamente debajo del Taipei 101, lo suficientemente fuertes para ser percibidos", dijo Lin.
Basándose en la información acumulada durante la construcción del rascacielos, Lin calculó cuánta presión ejerce el Taipei 101 sobre la tierra. El peso del acero y el hormigón llegaba a más de 700.000 toneladas, que se distribuyen sobre una superficie de 15.081 metros cuadrados, lo que significa una gigantesca presión de 4,7 bares sobre la tierra que está debajo.
"La construcción del Taipei 101 es totalmente diferente a la de muchos otros edificios altos, porque se usaron estructuras híbridas hechas tanto de hormigón como de acero para darle mayor protección contra terremotos e incendios. Por lo tanto, tiene una enorme carga vertical sobre sus cimientos", sostiene Lin. "Creo que esta considerable presión podría transferirse hacia el interior de la corteza superior debido a las rocas sedimentarias sumamente blandas que se hallan debajo de la cuenca de Taipei. A mayor profundidad, esto podría haber reabierto una antigua falla sísmica", sugiere Lin en su trabajo, publicado en la revista Geophysical Research Letters.
Otros especialistas son más cautelosos a la hora de responsabilizar al rascacielos por los terremotos. "Un edificio modifica la presión sobre la tierra que se halla debajo de él, pero esta probablemente no llegará hasta los 10 kilómetros de profundidad, nivel en que ocurrieron los terremotos", dice John Vidale, experto en sismos de la Universidad de California en Los Angeles.
A Zygmunt Lubkowski, analista de terremotos de la firma de ingeniería Arup, le preocupa la falta de información. "Los sismos se producen en escalas temporales de miles de millones de años. A partir de sólo diez años de datos sísmicos es difícil decir si la mayor frecuencia de los terremotos es simplemente ruido en la señal o se debe al edificio."
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