Gracias a >>> elmundo.es Pero, ¿cómo se logra que un rascacielos de 250 metros no se venga abajo? El objetivo es conseguir que el edificio se balancee pero no se derrumbe, "por lo que deben ser estructuras flexibles, que admitan cierto grado de deformación, que puedan vibrar e incluso desplazarse ligeramente". "Un terremoto es un movimiento brusco que hace ondular el edificio", explica Sobrini. "Si cogemos una caña seca y la doblas, se quiebra. En cambio, un junco vivo es flexible, puedes moverlo, deformarlo, y se va amoldando. Esa es la esencia de la construcción antisísmica", señala.